November 23, 2025
Se desbarranca la imagen de Trump, como la economía de su gobierno
Internacionales

Se desbarranca la imagen de Trump, como la economía de su gobierno

Nov 22, 2025


Mientras su índice de aprobación se degrada gota a gota –y esto lo dicen tanto la realidad que se mide con sólo mirar, como los implacables sondeos de las empresas que están para eso– el presidente Trump recibe a diario  malas nuevas. Llegan de las oficinas de su propio gobierno o son consejeros que le recomiendan revisar medidas que, hasta ahora, han sido las cañoneras de su solitaria pelea contra el mundo. De todas maneras, nada indica que esté en el ocaso. Ni pensar en eso, es demasiado pronto para ir imaginando un epitafio. Por ahora, ambas realidades son preocupantes para el líder de la ultraderecha global y sus laderos, sobre todo porque su lenguaje bravucón siembra el terror externo pero también esmerila la meneada seguridad de entre casa.

El jueves supo por la cadena NBC y sus amigos de Fox, cada una desde ópticas opuestas  pero en este caso coincidentes, que su índice de aprobación sigue en caída. Cuando asumió, en enero, era del 55 por ciento. Ahora es del 41 y el número 55 sigue en danza, pero para indicar de cuánto es su desaprobación. Ese mismo día el Ministerio de Trabajo divulgó los resultados de la última encuesta de empleo. El 4,4% de la población económicamente activa está desocupada: son 7,6 millones de personas de carne y hueso, el mayor índice en cuatro años, un valor decisivo en su momento para sepultar las ambiciones políticas del demócrata Joe Biden y anunciar la vuelta de Trump a la Casa Blanca.

Las mediciones no incluyen a los inmigrantes que ocupan las tareas despreciadas de los servicios y de la agricultura, con lo que el número de desocupados sería de varios millones más. Sectores como el de los viticultores entraron en crisis y de parar la producción de sus bodegas pasaron a considerar la posibilidad de abandonar cultivos. En este caso la situación se complica porque los aranceles impuestos por Trump a aliados y enemigos llevaron a que Canadá, el mayor consumidor mundial de vinos californianos, dejara de importar.

Se espera ahora que la represión a los inmigrantes reduzca aún más el número de personas que buscan empleo y así ingresar a un mundo de ficción, en el que la economía congele la creación de puestos de trabajo sin por ello aumentar la tasa de desocupación. A la vez, los mayores aranceles empezaron a sentirse en el curso inflacionario. Llevaron a una fuerte suba de productos como el café, la carne, el aceite, el cacao y las frutas, todos importados de Brasil. En un golpe de realidad, Trump debió recular, volviendo con este y otros países a los valores arancelarios previos a sus bravuconadas.

Los consejeros no están solos ni están sólo para hacerle sugerencias al comandante en  jefe/presidente/predicador/monarca de la gran potencia. Otros, como el periodista David Brooks, exponen su manual de “Recomendaciones para una visita a la Casa Blanca”. Se debe llegar, dice, “con regalos tales como una barra de oro, relojes, un avión, un palacio, asegurarse que la estadía durante la visita se haga en hoteles con el nombre del anfitrión y/o invertir en criptomonedas de la familia y, por supuesto, no mencionar cosas como sus relaciones con el pederasta más famoso del mundo” (el sospechosamente suicidado Jeffrey Epstein). “Todo es parte de los costos de hacer negocios con el régimen, y funciona”.

Entre múltiples de esos casos que el lenguaje diario describe como “grotescos hechos de corrupción”, el periodista mexicano-estadounidense eligió el que sería el último, el de una delegación de empresarios suizos que desembarcaron en Washington a principios de noviembre, cargados de regalos. Entre ellos, una barra de oro de un kilo, personalizada con los números 45 y 47, en alusión a las dos presidencias de Trump. Más allá de su valor simbólico, en el mercado se cotiza a 130 mil dólares y estaba acompañada de un reloj de escritorio de Rolex, único, diseñado para el jefe de la Casa Blanca. Después de la visita,  Trump eliminó los aranceles que había impuesto a los productos procedentes de Suiza.



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