Honduras vota bajo otra amenaza que viene del norte
El debate político marca las elecciones presidenciales de hoy en Honduras, no solo porque el partido LIBRE, de la presidenta Xiomara Castro, se juega la continuidad de un modelo que intentó iniciar el gobierno de su esposo José Mauel Zelaya, trunco por un golpe de Estado en 2009, sino también porque las declaraciones injerencistas de Donald Trump despertaron el sentir nacional de un pueblo que, si los sondeos aciertan, se inclinaría por el oficialismo.
Más de 6,3 millones de hondureños están llamados a las urnas para elegir nuevo presidente, que podría ser presidenta, si quien triunfa es la candidata de LIBRE, Rixi Moncada, lo que preanuncia otra línea de continuidad más allá de las políticas. Moncada, una jurista destacada que ocupó ministerios en la época de Zelaya y también de Castro, comparte los primeros lugares de intención de voto con dos de los candidatos de la oposición: Salvador Nasralla, del Partido Liberal (PL) y Nasry Asfura, del Partido Nacional (PNH). Los datos reflejados por las encuestas, por ejemplo la de Tresearch International, dicen que Moncada lidera con 44,8%, Nasralla sigue con el 19,6 y completa Asfura, con 14,8, aunque otros sondeos ofrecen números más parejos, como es el caso de CID Gallup, que da como ganador a Nasralla por escaso margen. Los cargos que están en juego, además de la presidencia y los tres “designados presidenciales”, que ocupan el rol similar al vicepresidente en caso de ausencia del titular del Ejecutivo; son 128 diputados para el Congreso, 20 diputados para el Parlamento Centroamericano (Parlacen), 298 alcaldes y 2.168 regidores (concejales). El voto es universal para mayores de 18 años pero no es obligatorio. El presidente o presidenta y las alcaldías son elegidos por mayoría simple de votos válidos y no hay segunda vuelta, por lo que se anticipa que después de las 20 de hoy el Consejo Nacional Electoral estará en condiciones de dar a conocer el nombre de quien ocupe la primera magistratura a partir de enero del año próximo, cuando culmine el periodo iniciado en 2022.

Confiada de los resultados, la presidenta Castro destacó públicamente los avances de su gestión en indicadores macroeconómicos que citó en un posteo de X, donde agregó que Honduras registra «el mayor crecimiento, la mayor inversión pública social, en infraestructura y en seguridad de toda su historia», además de reducciones en pobreza y homicidios «como no ocurría en décadas». Más allá de estos anuncios, el tema inseguridad es uno de los grandes debates que convocan al pueblo hondureño. Según Human Rights Watch, Honduras se encuentra entre los países más violentos del mundo, aunque reconoce que las cifras fueron en descenso: “La policía reportó 3035 homicidios en 2023, una tasa de 31 homicidios por cada 100.000 habitantes. Entre enero y septiembre de 2024, datos preliminares de la policía registraban 1854 homicidios, un descenso del 26% en comparación con el mismo periodo de 2023”, indica el organismo en su sitio web. A la vez, según los últimos datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Honduras tiene la tasa de femicidios más alta de América Latina y el Caribe, con aproximadamente 7 por cada 100.000 mujeres”.

El país atraviesa una economía en moderado crecimiento, con una inflación cercana al 5%, pero con dependencia de remesas e inversión extranjera y una deuda pública que supera los 18.000 millones de dólares, en un país con alta pobreza y escaso empleo formal.
El debate sobre la corrupción y el posible fraude también estuvo presente durante la campaña. Pero sin duda lo que despertó los pronunciamientos más encendidos de los últimos días fueron las declaraciones del presidente de los Estados Unidos, quien se declaró a favor de votar al candidato conservador del PN, Asfura, a quien llamó “el único verdadero amigo de la libertad”. Al igual que hizo previo a las elecciones legislativas de octubre en Argentina, Trump afirmó que si gana Asfura habrá “un gran apoyo” de parte de su país, pero si lo hace otro candidato EE UU “no malgastará su dinero”. Asfura, dijo el estadounidense, será “un gran presidente y Estados Unidos trabajará estrechamente con él para asegurar el éxito”. En el mismo mensaje, publicado en su red Truth Social, aseguró que otorgaría un indulto al expresidente Juan Orlando Hernández, preso en EE UU por intentar introducir cocaína y otros delitos conexos con el crimen organizado.

Las afirmaciones provocaron duras respuestas en Honduras. Castro sostuvo que la soberanía nacional «no se vende ni se negocia» y reiteró su responsabilidad de garantizar un proceso electoral transparente y respetuoso de la voluntad popular. Gerardo Torres, vicecanciller de Política Exterior, calificó el anuncio de Trump como un «acto de chantaje» y una «intromisión total» en los asuntos internos de su país. Añadió que Honduras cuenta ahora con un sistema de justicia fortalecido, distinto al que operaba durante lo que denominó la «narcodictadura» de Hernández.
Para el sociólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras Allan Fajardo, el mensaje de Trump es «totalmente intervencionista y fuera de lugar». En declaraciones a Xinhua, Fajardo sostuvo que el presidente estadounidense «no tiene por qué estar pontificando quién es bueno y quién es malo» en la política hondureña. «

Presidenciables
Rixi Moncada
Del partido LIBRE, abogada, de 60 años, representa un proyecto de refundación institucional y democratización económica que busca transformar Honduras. Propone «devolver el poder al pueblo trabajador, indígena y campesino», y profundizar la reducción de los índices de violencia mediante la coordinación policial y militar, investigación criminal, control territorial. Impulsa una reforma a la elección de magistrados y la creación de un Tribunal Constitucional. Fue ministra de Trabajo y Seguridad Social y gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica con Manuel Zelaya y ministra de Finanzas con Xiomara Castro.
Salvador Nasralla
Presentador de televisión, narrador deportivo y figura mediática, se propone por el PL. Fue designado presidencial (vicepresidente) y decidió lanzarse tras su rompimiento político con el Gobierno. Conocido como «el señor de la televisión», consolidó su imagen pública como comentarista de fútbol, presentador de concursos y figura recurrente en la cultura popular hondureña. Reitera su rechazo al «comunismo» y afirma que Honduras debe retomar «valores morales y cristianos». Admira públicamente a Javier Milei por su manejo económico y a Nayib Bukele por su modelo de seguridad.
Nasry Asfura
Empresario de la construcción, de 67 años, se perfila nuevamente como candidato del PNH. El elegido de Trump fue diputado en 2009 por el departamento de Francisco Morazán y luego director del Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), cargo que ocupó hasta 2011. La gran transformación de su carrera llegó con su elección como alcalde de Tegucigalpa en 2013, para luego ser reelecto en 2017 y desempeñarse en el cargo hasta inicios de 2022. Su plan de Gobierno, denominado «Juntos Vamos a Estar Bien 2026-2030», se sostiene sobre seis ejes: generación de empleo, infraestructura, seguridad, energía limpia, educación y salud pública.
