December 1, 2025
La última apuesta de Donald
Internacionales

La última apuesta de Donald

Nov 29, 2025


De pronto, Donald Trump se metió de manera insolente en el proceso electoral del país centroamericano y lo hizo en favor del aspirante que, según los últimos sondeos, marcha en tercer lugar, Nasry Asfura, del Partido Nacional de Honduras (PNH), la más que centenaria formación política que encabezó hasta su captura y condena en Estados Unidos el expresidente Juan Orlando Hernández. La última del mandatario de USA es que quiere indultar a JOH porque dice que “ha sido tratado con mucha dureza e injusticia”.

Extraño rasgo “humanitario” en el mismo jefe de estado que ordenó desplegar una flota abrumadora en el Caribe con el argumento de que necesita combatir el narcotráfico, acusa a Nicolás Maduro de liderar un supuesto Cartel de los Soles y bajo esa premisa fueron asesinados un centenar de presuntos traficantes que navegaban en lanchas de pescadores que, dice, llevaban «veneno» a los Estados Unidos. Será que la cosa es aceptable cuando no hay juicio ni condena y JOH, en cambio, fue sentenciado por una corte federal de Nueva York a 45 años de prisión, más cinco de libertad condicional, por “conspiración para traficar narcóticos, uso de armas de fuego y conspiración para traficar armas de fuego”. O que, como dijera Franklin D. Roosevelt sobre el dictador nicaragüense Anastasio Somoza: “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.

JOH, por ejemplo, llegó a la presidencia de Honduras en enero de 2014 en elecciones más que sospechadas. Un año después “logro” una reforma constitucional que le permitió un segundo período presidencial, de 2018 a 2022. Un poco de historia: en junio de 2009 había sido destituido Manuel Zelaya en una típica operación como la de la CIA contra Jacobo Arbenz: el presidente, que representaba al Partido Liberal, fue expulsado a Costa Rica casi en calzoncillos, como habían hecho en 1954 con el mandatario guatemalteco. Zelaya pretendía hacer una consulta popular durante las presidenciales de ese año para reformar la Constitución. Lo que en él era causal de expulsión porque «sólo pretendía perpetuarse», ya no lo sería seis años más tarde. Milagros de la política.

Pero eran otros tiempos en la región y su delito, en realidad, había sido su acercamiento a Hugo Chávez y a Raúl Castro. Barack Obama II, que recién estrenaba su cargo, se permitió responder a quienes le pedían que hiciera algo para el regreso de Zelaya que “siempre cuestionan a EE UU de injerencia y ahora me piden que intervenga”. No era eso lo que se le pedía. La historia no absolverá a Obama, que ese año recibiría, sin embargo, el Nobel de la Paz. En resumen, en 2009 se realizaron elecciones sin una urna especial para la cuestión constitucional y “ganó” Porfirio Lobo, del PNH.

“Mel” Zelaya regresó clandestinamente al país en septiembre y se refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Contó con el apoyo no solo de Lula da Silva sino de Néstor Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales y la entonces naciente UNASUR.  Permaneció allí por cuatro meses hasta que, ya con Lobo en el gobierno, salió para fundar el partido Libertad y Refundación (LIBRE). En 2014, su esposa Xiomara Castro quedó en segundo lugar en los comicios, detrás de JOH. El tradicional Partido Liberal ya no cortaba y apenas pinchaba en Honduras.

En 2022, finalmente, Xiomara se convirtió en la primera mujer en lucir la banda presidencial hondureña y Zelaya, en el Primer Caballero. Ahora, Rixi Moncada podría ser su sucesora, para malograrle el domingo a Trump, que ya tuvo que tragarse a un socialista musulmán en Nueva York. «



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