En el cierre de 2025, el Gobierno nacional terminó de delinear el escenario de costos que enfrentarán los hogares argentinos a partir del próximo mes. A través de un paquete de nueve resoluciones publicadas este lunes por la Secretaría de Energía, se establecieron las pautas para los aumentos de tarifas que entrarán en vigencia el 1º de enero de 2026. La medida confirma la decisión oficial de sostener un sendero de actualización que, como mínimo, acompañe la evolución de los precios, bajo el nuevo criterio de focalización de subsidios.
Gas: aumentos en puerta y costos de transporte
La Resolución 605/2025 es una de las piezas centrales del nuevo esquema. En ella se determinó un incremento en el Precio de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) del gas natural. Este ajuste técnico se traducirá, de forma inmediata, en un impacto del 0,53% en las facturas residenciales del próximo mes.
Sin embargo, este porcentaje representa solo el primer eslabón de la subida. A este incremento en el valor del fluido se le deberán sumar en las próximas horas los nuevos cuadros tarifarios que definan los entes reguladores para los segmentos de transporte y distribución, los cuales terminarán de conformar el impacto final en el bolsillo del usuario. Por otro lado, la Resolución 606/2025 definió adecuaciones al Plan Gas A, estableciendo que los productores adheridos recibirán compensaciones estatales por los volúmenes entregados.
Electricidad: el nuevo valor del mercado mayorista
En cuanto al sector eléctrico, el Gobierno fijó las variables que regirán el primer trimestre de 2026. Según la Resolución 602/2025, a partir del 1° de diciembre de 2025 se estableció un nuevo precio spot de 14.381/MWh en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
Asimismo, la Resolución 604/2025 reglamentó los precios de referencia para el período comprendido entre el 1º de enero y el 1 de abril de 2026. El objetivo planteado por el Ministerio de Economía es evitar que las tarifas queden rezagadas frente al resto de los precios de la economía. En los considerandos de la norma, el Ejecutivo instruyó a Energía a mantener los valores «en términos reales lo más constantes posibles», lo que en la práctica implica una indexación sistemática para evitar el atraso tarifario.
Subsidios: el fin de las categorías diferenciadas
El nuevo marco normativo profundiza el cambio en la asignación de la asistencia estatal. La Secretaría de Energía dispuso que las bonificaciones para los usuarios residenciales de los Niveles 2 (ingresos bajos) y Nivel 3 (ingresos medios) se alineen progresivamente con las tarifas que pagan los usuarios de Nivel 1 (ingresos altos).
Este criterio de «convergencia tarifaria» busca reducir el peso fiscal de los subsidios, eliminando las brechas de precios que existían entre los diferentes estratos sociales. De esta manera, aunque se mantengan bonificaciones porcentuales, la base de cálculo será la misma para todo el universo de usuarios, profundizando el peso de los servicios públicos en el presupuesto de los sectores de menores recursos.
