
El mercado financiero celebró el triunfo oficialista en la Ciudad con la suba de acciones y la caída del riesgo país
El resultado de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires generó un impacto de alcance nacional. Es que, más allá de lo limitado de los comicios en los que se eligieron 30 legisladores porteños cuyas decisiones en poco influirán en el ordenamiento económico general, lograron centralidad a partir de la intervención directa del presidente de la Nación Javier Milei y de su aliado y rival Mauricio Macri.
El triunfo de la lista encabezada por Manuel Adorni que, contra los pronósticos previos, con algo más del 30% superó a la que encabezó Leandro Santoro por unos tres puntos porcentuales y duplicó al oficialismo porteño, a pesar del inédito ausentismo electoral, implicó un respaldo político para el gobierno nacional.

Así lo interpretó el mercado financiero que, consciente de la orientación favorable a la especulación financiera que sostiene el ministro de Economía Luis Caputo, exhibió una suba de acciones, bonos y la baja del riesgo país.
La jornada exhibió subas de acciones locales que cotizan en Nueva York (ADRs) de hasta el 8% y de bonos de deuda nominados en pesos y en dólares. La euforia cobra mayor vuelo si se toma en cuenta el contexto internacional adverso como resultado de la rebaja de la calificación crediticia de los bonos norteamericanos.
Las acciones del Banco Supervielle treparon en Wall Street un 8% a la vez que las de Telecom crecieron un 6,8% seguidos por el Banco Macro con una suba del 6,3% y el BBVA que escalaron un 5,6%.
A nivel local el Merval avanzó un 3,1% a la vez que los bonos soberanos subieron en el orden del 2% con picos del 2,3% para el Global 2030 y del 2,1% para el Bonar 2030. En ese contexto el riesgo país cayó hasta los 648 puntos.
El dólar oficial, por su parte, retrocedió en $1 ratificando la estabilidad cambiaria posterior a la salida del cepo cambiario que, junto con la reglamentación ad hoc del BCRA y las tasas efectivas de política monetaria del 33,6%, garantizan la continuidad de la bicicleta financiera conocida como “carry trade”.