Y si: cuando te roban es imposible no reaccionar. Los jugadores del Deportivo Morón terminaron en un enfrentamiento cara a cara con la Policía de Chubut luego del pitido final del árbitro Pablo Echavarría, que marcó la eliminación del ‘Gallo’ en la temporada.
Luego de los 98 minutos que se jugaron en el sur, y una cantidad de acciones dentro del encuentro que sacaron de eje al equipo de Walter Otta, que ya llegaba tocado por la insólita sanción al entrenador por declaraciones que no hizo, se sabía que el cotejo iba a tener una intensidad no sólo deportiva.
De hecho, fue más hablado que jugado el encuentro de vuelta por las semifinales del Reducido en busca del segundo ascenso a la Liga Profesional. Ya en el gol local, que fue un buen cabezazo de Postel anticipando a Ballini y con una floja respuesta de Salvá, la cosa quedó marcada. Es que la supuesta infracción previa no existió de Juan Manuel Cabrera.
Después, en cada fricción de juego el referí inclinó la cancha para el equipo sureño. En la única acción en la que no hay nada por discutir es en la roja a Joaquín Livera por un codazo descalificador contra Nazareno Solís. Sin embargo, minutos después un planchazo criminal de Montagna contra Juan Manuel Olivares no ameritó ninguna sanción del juez hasta que las protestas fueron tantas que terminó sacando amarilla.
Antes y después, en ambos tiempos, el 5 local, Federico Recalde, le pegó a cuando futbolista pasó por al lado suyo. Recién fue amonestado en el segundo minuto del descuento. Era lógico que el pitido final se convirtiera en escándalo, como finalmente pasó. Y en un enfrentamiento cara a cara de los jugadores visitantes con la Policía.
Morón se sintió despojado del sueño de llegar a Primera y ahora sí, queda ratificado: lo sacó de carrera el verdadero caballo del comisario.
